Sinopsis
SOBRE EL USO DE UNA INTELIGENCIA ALTERNATIVA A LA LÓGICA EN EL PLANTEAMIENTO DE PROYECTOS, CAMPAÑAS O NEGOCIOS.
Uno puede enfrentarse a un problema de dos maneras. Acercarse, desarmarlo, analizarlo con lupa y buscar una solución única e inequívoca, o alejarse, dar vueltas alrededor, contemplarlo como parte de un contexto, y entender que tal vez la solución sea múltiple, ambigua y compleja.
Son dos actitudes que implican el uso de dos distintos tipos de inteligencia. En el primer caso la inteligencia lógica, que emplea el razonamiento analítico, rígido y lineal en el que todos hemos sido instruidos. En el segundo la inteligencia mética, que es una inteligencia holística, polimórfica, curva, y que usamos por intuición porque jamás nadie nos ha hablado de ella ni nos han enseñado a desarrollarla.
Desorden habla de esa otra inteligencia, hoy del todo desconocida, pero común en la vida de los antiguos griegos, que combinaba conocimientos y habilidades intelectuales como la sagacidad, el ingenio, la creatividad, la flexibilidad de espíritu, la audacia, la atención vigilante, la intuición, la experiencia o el sentido de la oportunidad. Los griegos clásicos empleaban la metis como una forma de razonamiento alternativo al lógico cuando tenían que tomar decisiones en entornos y situaciones de incertidumbre.
Hoy vivimos en una sociedad hiperracionalista, en la que nadie espera de nosotros que en nuestras decisiones empleemos otros recursos intelectuales más allá del pensamiento recto, ordenado y previsible de la lógica. Sin embargo el entorno actual es más incierto, ambiguo, cambiante y complejo que nunca, y para movernos por él con éxito, nada más adecuado que el uso de ese amplio espectro de habilidades propias del metismo.